Cuando puedo permitirme licencias, suelo alejarme de un realismo fiel (según qué motivos, claro) pero suele gustarme exagerar un poco el tamaño del cráneo para darle un mayor a la expresión. Además le agrega al dibujo un carácter que no sabría describir, pero que está entre cómico y serio, lo cual, por cierto, me es bastante sugerente.
En imágenes como esta, donde hay una señora mayor sumida en sus pensamientos, adquiere mayor relevancia esta dualidad que comentaba.
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