Al principio he estado encajando con la idea de hacer un directivo hablando a gritos por teléfono por cualquier motivo, cansado y sosegado (se ve claro) Al final he decidido quitar el auricular y lo veo más como un entrenador aconsejando a sus jugadores de cualquier deporte, de forma tranquila y pausada las recomendaciones que pudieran ser útiles para mejorar su juego. No existe sarcasmo ¿quién no habla así dando consejos de la forma más diplomática posible)
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